dimanche, mars 30, 2008

Depresión (Del lat. depressĭo, -ōnis).

A Oscar de la Garza


I


no la sal: la estatua


de sal


la forma de la sal


................. su infamia


fósforo


que devino talismán:


la fijeza


efecto fotográfico


de aquél lado el ojo


enfocando la soltura


perfecta


de la sal de mi sonrisa

II

sequía: la delicadeza y lo angelical

del péndulo delante

de los ojos una neurona

bastará una nada

subastará

y él que como yo nada

debe

se arrepentirá del agua: del vaso

de agua sobre la estatua

y su amargura

samedi, mars 29, 2008

Píxel de Òudi-Ló a sus 24 años dentro de un FNAC en Paris la nochebuena del 2006 (imágenes de Cheli Vargas)




Video poema: "Hacia la belleza" de Oscar Krugger

Plagio (Del lat. plagĭum).



(Este post no tiene afán de ofender ni siquiera a Bryce Echenique)


Así, bajo de

la axila: el pulpo:

la castración ideológica

por propia lógica:

desángrate a la sanguijuela,

maldita sudaca no tienes plata

mental:


y por eso muchos arrumacos:

neverland en supositorio,

tengo frescura, tócala:

soy una linda vampira,

dame de tus horas nalga

que no ves que esta vez

apenas coincidimos al revés:

maldita sudaca no tienes plato

de mentol:


en el ahora, en el reacio

ahora que no te toca:

quieres todo por stalker:

ay, tú, dirás lo que quieras

pero la trevi nació en monty,

junto al cerro de la silla

y sus maravillas:

que de fantasía no hay subasta,

para eso tenemos la oreja

aún en formol:

maldita sudaca sin moka choco

lata ya ya:


que leas con rebozo, no

te quita el bozo: baboso,

éste que tú ves tiene coraje

de semana santa:

soy un judas en juramento

apretadito al sacrado

coeur o lo que entiendas,

a ver, reescribe este epigrama:

la maldita sudaca no tenía frida alguna

de la idea

(por eso el ojo perverso

puesto en el culo

mientras se enliaba el rebozo)


nada, así es, fue y será

en el principio de los nervios

hasta que el bigbang

ande en laxo placer que el deceso

te coma por muerte civil:

yo era un tío bueno

que osaba aclarar que México

está en América del Norte:

hoy más que nunca podría ser Nietzsche:

maldita sudaca no tienes antrax

actual:


por eso plagiás, por eso mejor el ojo

pronto: por eso los enredos por alcohol

antes que te pongas en cuatro

y a la ciudad de México se la trague

Jonás, Rodolfo, Azrael

o un Bryce Echenique cualquiera,

es decir tú:

maldita sudaca no tienes planes

de pensar.

jeudi, mars 27, 2008

Prender (Del lat. vulg. prendĕre).


Y en la tiránica acción de pulir la imantada carne que nos contiene como fruto almibarado, dentro de preguntas que apenas alcanzamos a formular con el big bang del undostres del decreto sonoro de la carrera, sólo puedo actualizar mi oscurantismo con una afirmación tal como ¿cuánto a qué tu cuerpo vendrá a recibir el mío?

Píxel con Pierre a los 17 años y Hansi (mayor que él)


Louis Garrel y Emma de Caunes en "Ma mère" (2004) del director Christophe Honoré, basada en la novela de Georges Bataille.

Cita con Georges Bataille

Gozaba con la inocencia de la desdicha y de la impotencia. ¿Podía atribuirme una culpa que me seducía y me inundaba de placer, puesto que todas estas cosas, precisamente, me desesperaban?

El placer genital es el lujo que limitan la vejez, la fealdad y cualquier forma de miseria.*
Georges Bataille

* Extracto de Mi madre, novela desconocida y publicada póstumamente.

samedi, mars 22, 2008

Cita con Natacha Merritt

(Foto y texto del libro "Digital diaries" de Natacha Merritt)


"Mi obra precede mi vida amorosa. Mi obra documenta mi vida sexual. Entonces trabajo sobre mi vida sexual como un medio para crear las imágenes que quiero."1.


Natacha Merritt




1. "My work takes precedent over my lofe live. Work is documenting my sex life. I'm therefore working on my sex life as a means to create the images I want."

lundi, mars 17, 2008

Cita con Néstor Perlongher

"No queremos que nos persigan, que nos prendan, ni que nos discriminen, ni que nos maten, ni que nos curen, ni que nos analicen, ni que nos expliquen, ni que nos toleren, ni que nos comprendan: lo que queremos es que nos deseen."
Néstor Perlongher

dimanche, mars 16, 2008

Noticias de la Ciudad Más Pretenciosa: Veintiséis, Neuronas Reproduciéndose y Óscar David López

Se dice que a fuerza de ascesis algunos budistas alcanzan a ver un paisaje completo en un haba. Esa frase la dice Roland Barthes al inicio de S/Z. Exacta mi mente quisiera alcanzar tal iluminación. Pero no: apenas veintiséis en un cumpleaños medio accidentado (sujeto, verbo y complemento). Yo que ahora nada puedo, alguna vez las pude.
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Anoche durante el antro fatales locas y musculosos engominados vestían sus loables trapos para el ocio reaggetonero inalcanzable a mi vista y nivel de alcohol. Suponía que lo "in" estaba en festejar con la mariconería de reloj en el nocturno regiomontano pero no: lo "in" está en la otra orilla, aislado, circunferenciado por unos cuantos como yo. Me refiero al lenguaje.
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"Lo que ves es lo que obtienes", dice la traducción de aquella frase inglesa. Por eso, la literatura es un idioma. Desde la medicina hasta la fiscal. Citar equivale a referir, anotar o mencionar, por ejemplo, los autores, textos o lugares que se alegan: que piden rai al inconciente y que por ley de gravedad: como la mierda, ascienden. El residuo, diría Severo Sarduy. La bibliofagia, diría José Lezama Lima. Hacer la paz, diría Reinaldo Arenas.
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Volamos, sí. Renacemos, sí. Avistamos, sí. Somos OVNIS referidos. Como decía, anoche durante el antro me di cuenta que la mariconería de reloj está basada en la superficie: continuum templo insaciable con estructura de enredadera: una nada de raíz y mentiras en demasía. Es decir: maricones travestidos de coca-colas pavoneándose hacia sus similares, los espejos.
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Y daban ganas de coger un arma y matarlos a todos. Una tragedia precisa para mi melancolía: olvidarme de sus exaltadas respiraciones cuando el baile y la bebida. Pero no, no ocurrió. Y no porque sea un tibio que no pueda llevar en su vida la bandera del exterminio sino porque sucede que a veces uno puede ser violentado antes. Lo que veía era lo que obtenía, una fanfarria para el vacío, un lugar para mi malestar.
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De repente entre mi mirada cuasi asesina y el pico de la botella que me alcoholizaba apareció el Dr., un chico guapo física y espíritualmente, que también llevaba el desagrado en las pupilas y el desgano en los pies. Me abrazó y dijo las clásicas "felicidades". Cuando los dos respondimos casi como un coro que no nos sentíamos bien, ni él ni yo: él soltó una frase que me tocó:
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-Hay que aprovechar, las neuronas se reproducen durante la depresión.
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Lo dicho: literatura médica. Actantes insospechados para los trabajadores de la ficción. No se puede inventar nada peor que la realidad, dijo Michel Haneke. Lexias de probabilidad continua: como me veo, me obtienen. Así así así. Esa frase me salvó de matar mentalmente toda la noche a todo el antro: incluso creo que me pusó de buen humor: era el empujón adecuado.
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El Dr. no sabe lo que me hizo: toda la noche lo miré unirse a la masa con una actitud de engaño: yo que lo conozco en acto íntimo sé que iba en plan de fingidor, sin embargo sabía que lo que buscaban sus neuronas era reproducirse por frotación con otro cuerpo. Quizá un poco como yo. Que es de humanos Excitarse y Tener orgasmos Arañar la otra piel Visitar moteles, etc., dice La Doncella Dilatada.
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Entonces lo descomunal sucedió en medio de la mariconería de reloj: imagine, usted lector mío, al chico más guapo del antro (cuerpo estilizado, masculino, ojos verdes, tez clara, brazos fuertes, labios carnosos, vestido sencillamente, nada de escándalo, indescriptible e insuficiente este análisis para su halo) acercándoseme para decirme, muy juntito, al oído, que mi nombre es Óscar David López.
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El impacto: sí, así es, el nombre completo, mi firma estaba siendo enunciada por el chico más guapo de la noche de anoche del antro entero. Sí, el impacto estaba sucediendo en mis narices y yo me estaba mirando desde afuera cual focalización externa como un estúpido deslenguado que no supo mas que asentir y quedarse callado.
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Fascinado y tratando de escanear todos los rostros para confirmar que no se trataba de una broma de cámara escondida le pregunté cómo sabía mi nombre. Soy tu lector, dijo subrayando la "r" como doble. Y enumeró cual río las piedras y raíces que son golpeadas por su cause. Es decir: que fueron golpeadas por mi decir simple y torcido. Que la novela, que la nota del periódico, que el libro de poemas, que las entrevistas a fulano o mengano, que este blog.
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Siempre he dependido de la bondad de los extraños, dice Tennessee Williams en Un tranvía llamado deseo. Nunca antes mi nombre me había sorprendido tanto. Un lector. Uno que no es precisamente mi amigo ni mi ligue ni mi enemigo ni miembro de mi familia o compañero de algún curso. Un lector proveniente de la escenografía más grotesca para un cumpleaños, de ese antro de mariconería de reloj y falsa moral.
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¿En qué pienso? En las citas: mi nombre anoche era una cita precisa en el momento en que mis neuronas se encuentran en etapa de reproducción. Estoy en estado depresivo y, a la vez, deprimido. Necesitaba salir, flotar como la mierda en el retrete, desprenderme de mi sanidad de encierro. Pero a la vez quejarme del mundillo gay frente a su cara: necesitaba que la sorpresa me trajera al chico más guapo del antro para que me dijera mi nombre de frente: enterarme que no todo está en la superficie: que no todo es mierda y, a la vez, todo lo es.
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Mi cumpleaños número veintiséis. Una noche mala para la salvación carnal. Un examante docto en literatura médica. Mis neuronas reproduciéndose a la par de mi desprecio por la superficie. Un lector develando su identidad. Óscar David López. Reader meet author, canta Morrissey. Un millón de citas en mi cabeza. Un relato que finaliza con el recuento estructural de una noche en la cual advierto que el lenguaje me erotiza, me reproduce, me vuelve su residuo, me devora, me hace la paz.

lundi, mars 10, 2008

Vudú (Voz de or. africano occid., que significa 'espíritu').


Y muy teatral, él me dijo: "algunas veces que sólo eres la alegría de mamá, chavo, algunas veces tienes que dar algo, ofrecerte, conseguirlo del otro lado, oh sí, chavo, algunas veces tienes que dar algo más cuando solamente eres la cereza más dulce en el pie de manzana".

dimanche, mars 09, 2008

Feliz (Del lat. felix, -īcis).

Así es como es lo transitivo y su fusión funesta en nata y crema sobre los omóplatos: soy feliz, y ya no pesa el universo sobre mí: ¿piramidal alguna vez alguien te ha leído Primero sueño de Sor Juana mientras te besa el cuello y te acicala el corazón y te muerden sus dientes tan graves, que aún el silencio no se interrumpía? Podría decirte que tampoco a mí por ánimo admitido excepto porque tengo un grave diccionario del cuerpo que me soprepasa y me suaviza, nítido y extenso.

lundi, mars 03, 2008

PIMP M(T)Y POETRY: NON ORACIÓN AL BILLETE DE VEINTE PESOS


Querido Banco de México:



Sé que hemos mantenido poquísimo contacto en últimas fechas. Sin embargo, me animo a escribirte porque nuestra relación está siendo afectada por "unos vehículos", como diría mi querida Dulce Sarahí Villarreal Villarreal, que "yo no choqué, me chocaron". Así: él me mintió. Es decir: tú me mentiste. Era un juego y nada más.

Con el corazón destrozado y el pañuelo mojado: aquí vengo a contarte de "todas esas mentiras que en rojo tan sensual me diste". En efecto, le he contado a mi madre de nuestra relación. Ella ha puesto el Jesús de cabeza y al Santo niño bajo la cama: héroes no hacen falta cuando lo celestial lleva corcholata no premiada por cínica anorexia. Es fácil decir "te voy a extrañar", ¿pero por qué te voy a extrañar si no te he conocido? Pocas veces has salido de la casa del Spleen y su Slim Fast.

Y sí, tal vez yo deba resignarme y no llamarte más, tal vez yo deba respetarme y no rogarte más, tal vez deba dejar que vivan su romance presidencial. Así: como rola ochentosa que nunca acaba. Yo nací en mil novecientos ochenta y dos ¿y qué? A nadie le importa que ese año se publicara El mundo alucinante (1965) de Reinaldo Arenas. En francés: en efecto. Mejor dicho: por afecto. La realidad: nunca se publicó esa novela¿ ¿o será yo no nací? Ay, mi rey: yo nomás sé de aplicaciones y no de premiaciones con champán.

Quiero vivir: sí. Quiero soñar: sí. Quiero anclarme: no. Por eso mi madre no está de acuerdo con que me lleves a olerte en onírica estafa porque lo que "en verdad" quieres es una sábana. Tan tacaño. Tan uraño. Tan quinientón y solo. Por eso: mi madre reclama que para qué tanta mamada si no podré pagar la renta. Para qué tanta sobada si no se te para: ni un cáñamo de arte. Ni un cachito. Ni un rinconcito. Ni un último adiós. ¿Por qué no vienes nunca a mi vera?

Así le digo: es que la culpa la tienen ustedes. Todos: mi familia y mis amigos y mis compañeros de clase y mi clase social y mi social banquillo de los acusados y exhumados. ¿Si pienso en ti, en esa mirada de a veinte pesos? No quedan días de bonanza y caballos: yo era un perfecto brokeback mountain ¿y qué?

: ni a uno ni a otro ni menos a los que menos ni excepto a los que nunca: con todos ellos nomás pura mordedura de almohada y bye bye, firulais.

Sí: la culpa es suya: and yeah and no no no. Sí: no tengo vergüenza. Yo escribo primero con el cuerpo y luego con la cabeza. ¿No confías en mí? Pues es que la noche no es tan ancha non como una anchoa. Yo soy libre: sincero y penoso sí pero de qué me sirve hallar nuevas fórmulas si la beca me la niegan. De hecho: me la niegan. Y no me quejo: sólo quiero mis quince minutos de gastos pagados y localización central en primera página.

Quiero estos libros en muchos libreros: mis amigos y mi familia y mis exs y mis próximos y mis nunca y mis siempre. Por eso salgo afuera: ustedes tienen la culpa. ¿Qué hice yo para depender de ese labial y el perfume y una estética así como que "más o menos" kinky? Nada: lo sé: la culpa es suya.

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ustedes que no leen. que no compran libros. que no se pasean con loco afán en una librería como por un carl's jr. que no saben lo qué es el placer. que no tienen ni un mínimo de sentido extra. que sus ojos no siguen las líneas y las páginas y los títulos y las décimas escondidas en cada inicio de blogspot: soy yo escrito en esperanto.

¿Cómo quieren que viva cómodamente, que me paguen por una gira, que salga con la cabeza en alto sin nada del plan travesti y sus metáforas, que rente un hotel y me encierre a escribir una novela, que me inviten a fiestas donde lo más sano sea hablar de miopía, hipermetropía y astigmatismo?

¿Por qué, usted querido Banco de México, no comprende que voy hacia la muerte cada vez que escribo un poema y no encuentro respuesta y no hay alguien que sea sensible y vibre y truene y cuchiplanchee al son de mi lírica? Ajá: el sistema es apenas un síntoma.

¿Por qué, usted, cree que mi madre me culpa de desobligado y ocioso cuando todo lo que hago es entregarme a la humildad de los sonidos y las referencias de este vacío que me promete y promete...? Sí, fuiste hija: fuiste de naciste: el ser se prolonga por el apellido: la muerte tiene pies ligeros y nuestro idioma sufre con el amor: por eso: por lotro: el otro: nosotros: los pañuelos con mocos.

Lo sé: usted no tiene la culpa. Es el mundo. Es México: para qué miles de planes de lectura de acercamiento y sensibilización popular, para qué cantar a la gente las letras: mejor que se jodan: el que no paga, no valora:

ustedes que no pagan, no valoran.

Y sí: mi madre tiene razón con su "yo no podría". En efecto: ella no puede, es su hijo el que hace esto, el que se encierra a leer manifiestos y luego escribe un poco mal un poco bien pero con mucha humildad con mucha sanación. Yo, su hijo, el de la efermedad en el colón. Y sin embargo: mi madre lo hace. Ella que me ofrece una beca luego de la vida. Ella: mi madre, la de la beca vitalicia.

Por eso: Banco de México: por eso: yo escribo. Porque debajo de toda esa capa asquerosa del sistema está mi madre que me levanta y me sonríe y me pide que le ayude a plantar rosales en el jardín. Por eso: yo escribo. Mi madre: sí, lengua materna envolviéndome en significados y significantes. En total: yo.

Y si el mundo no lee: si el mundo no compra libros: si el mundo no se pasea por una librería: si el mundo no quiere sentir: si el mundo se niega: yo tengo mi sonoridad entera, íntegra: aquí en mi regazo nada le faltará. La íntima, la íntima, la humilde de las cosas: esa que se fue a un rancho y se dedico a leer: esa que esconde las referencias entre dos corchetes: esa que yo conocí y ay, ay, ay.

Pregunta: ¿Entonces ni una copita, Dulce Sarahí?

Respuesta: ¡¡¡QUÉ TE IMPORTA!!!... Ah, okei.

Por eso, querido Banco de México, por eso tanto reclamo: tanta farsa travestida de diablo de Lotería. Sólo un poco de neurastenia: sólo un poco de epifanía travestida de un nadito de crawl. Y sí: yo tengo unos poemas: tengo unos libros que nunca se agotarán por sí solos: tengo una esperanza cuyo nombre tú no identificarás.

Y sí, Banco de México, ni Freud ni tu mamá: nunca podrás negarme el derecho de escribir y publicar y replicarte que madures y me veas a la altura y me soportes. No, no pido tolerancia: olvida esas palabras: yo no soy revolucionario. Para eso mejor los símbolos: Pizarnik de lado, Piedra de inicio, Calvino en los poemas: el Nandino de premio: SER por aquí andas y te transformas en ESTAR.

Y lo sé: no te puedo cambiar. Querido Banco de México a veces me pareces una boba niña nice: y en efecto. Ya verás, al final yo ganaré

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¿crees que es un placer que caiga en tu red?

Dime adiós: ya no soy tu novio. Desde mañana me enfilaré a pedir empleo de jardinero y nunca más enredos y locas y vestidas y pobretones que sueñan con caricias a modo de Evita en el palco presidencial. No, no, no: yo soy libre y tú estás fragmentado. Todito, todido: bebe refresco con gas: sí, sí, ya basta de sus mentiras: te diré adiós por las dos: mi madre y mi sombra.

Sé que todo lo que digo se desprende de media hora de ocio y mi canto de Shakira en la orilla del río Santa Catarina: ay, desierto peor no podría aguantar: no podría nadar. no me tragues, no me tragues. Lo sé: todo lo que digo es parte de una estafa emocional: EMOs del mundo: no lean, no escriban, no compren libros: todo ya está jodido: mejor la muerte, ya lo dijo la Cerón: es perfección.

Y sí: a mitad del camino al paraíso: i walk. Quiero ser amado. Quiero ser leído. Quiero dilataciones oculares cuando el libro se abra y se divida en pares e impares. Quiero ser el que detrás de la sonrisa explote la lengua. Por afecto: me quejo.

Querido Banco de México: ¿y mis cincuenta mil pesos?

Querido Banco de México: ¿y mis cien billetes de a quinientos pesos?

Por afecto confieso: me amarraron como puerco... auch... :(

Lo sé: yo que escribo en la humildad de mi beca vitalicia: en la sanación de mi vaca familiar: en la concha de mi madre: ay, qué palabrotas con este hocico tan chiquito. Ay, cuánto reclamo y tan poca creatividad: estoy envuelto en mucho hilo dental. El albino lo dijo: la identidad. Ajá, mis dientes, let's go.

Y sí: estas líneas las quise escribir porque de orales ya estaba harto: una semana lejos de las teclas: ¿qué? Ajá. Aquí estoy. De nuevo. Lleno de residuos. Sarduy, soy tu hijo más tardío. Por eso me absuelvo. Por eso te absuelvo. Devuélveme mis billetes. Mis dientes. One way or another: ya lo dijiste. Soy yo quien escribe y el mejor protegido. Ajá: el sistema, un síntoma: no la enfermedad total, completa. Nunca el diagnóstico final.

Y aunque no quieras ver mis palabras, mis oraciones, mis sonidos, mis intestinos, mis pastillas, mis carnes inflamadas, ulcerosas, animosas, apalabradas, en cada rincón de este mundo que no quiere leer, que no quiere comprar libros, que no quiere sentir, que no comprende que esa es la forma idéntica en que la coca cola logró sus quince minutos de fama e infamia.
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Y hoy que sólo me queda este billete de veinte pesos: me quejo sobre su Benito Juárez, indio rico en bronce cuando estatua y tonalidad azul cuando de hule (porque ya ni para papel alcanza: igual a mí: yo que escribo en la luz de una pantalla). No se trata de que me sea imposible ser como mis amigos que leen a fuerza para recibir el dinero de una beca, escriben por encargo, entrevistan a tilde rapaz, traducen lo que sea sin conocer la declinación correcta. El hambre: el hambre de papel: de envoltura de sabritas para tacos esquineros no me basta.
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Sí: pero yo escribo poemas como yendo hacia la muerte. Es lo que tengo: una muerte contándome los segundos (esos mismos que utilizo para quejarme: sí, yo me quejo: yo quien dijo que nunca más perdería energía si se trataba de ir contra marea). Y sí: soy el mismo que no escribe ahora un poema, una novela, un fragmento sin género, porque cualquier letra o párrafo me acelera la ceguera aunque me postergue la privación espiritual.


Y sí: sin embargo... publico.

Òudi-Ló