samedi, juin 13, 2009

Uno de ROMA... Incómodo

Incómodo

Como por él, mi tentación

se extendió a través; era

el cuadrante apresurado

infalible gemido,

músculo aflojándose

al descansar bajo

el chorro. Era,

dije. Ayer

la ciudad comenzó

en una azotea

y en una gastada pieza

de jabón terminó.

Era el novio ideal, el

de preciso martillazo, el

más elemental

para la teoría de la oxidación; él,

un fin

de semana calado en levadura.

Incómodo, después,

reconocí el tijeretazo, su

mirada (ahí en patidifusa

lateral) al recibirme con sonrisa

heroica, en el festín

del amigo del primo

de mi cita de aquél

entonces.

(Pero ¿era él

o era yo? En fin, nos

ignoramos.) Estando así

los cuatro: los dos

presuntos alistados y

nosotros, levantamos

las copas, en urticaria

ante el brindis justo

cuando derribó un viento

la mesa, permitiéndonos apurar

el encuentro de reojo: una

complicidad

puntual, exquisita.

(Lo que siguió, de

fiesta en fiesta, devino

en cinismo;

por eso, cuando escucho

al viento golpear, sé

que los perfumes no

son mas que espesuras

del que se fugó, faltas

perdidas

en medio de la traducción

de los de entonces.) Dos aún

incómodos

de la fugacidad.


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Haré unas cajas para promoción y que también estarán a la venta, traerán un disfraz de luchador de grecorromano, un libro artesanal (con éste y dos poemas que no vienen en ROMA) y un tubo de lubricante. Próximamente: verano 2009. Creo que la caja se llamará la caja incómoda. Luego seguirán dos cajas más.

2 commentaires:

A. a dit…

yo quiero cajita y muy padre el poema

Óscar David López a dit…

Ya estás. Un abrazo, Toño.