mercredi, février 20, 2008

Poesía al límite (observaciones de Rocío Cerón)

Los poetas ejercen una escritura de la realidad cotidiana, una escritura que pone de manifiesto no necesariamente los exquisitos recovecos del espíritu o los acantilados del alma sino que habla de mundos alienígenas y narcotráfico (J. E. Sánchez), de mundos donde lo mismo la hidra de Hiroshima se enfrenta en los estudios Churubusco (Eduardo Padilla) que el mundo erótico del gang bang se manifiesta (Óscar David López). En 2007 la poesía mexicana ha tenido el boom de dejar el paño verde para enfrentarse en el escenario a un público que comienza a conectarse con la poesía gracias a estos distintos formatos de entrega: un delivery poético fuerte, con una conciencia escénica, con poetas que han optado por regresar a una ancestral tradición oral como una vía de resistencia ante el embate de la frase “la poesía está muerta”, como una manifestación de acciones reales de supervivencia. Una supervivencia que no sólo será de escrituras poéticas con buenos puños, sino de poetas que dejen de esconderse en lo “poético” para no enfrentarse a la realidad (“temor a la realidad” diría W. Gombrowicz), de una poesía que trasmine el aire de los tiempos que corren y en donde los escuchas-espectadores encuentren algo de sí mismos en el reflejo de esta poesía.

Rocío Cerón

Rocío Cerón, poeta y editora, al inicio del año hizo una serie de observaciones sobre la poesía mexicana en el 2007. Para leerlo completo, dale clic aquí.

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