mercredi, avril 11, 2012

Regiomontano universal (vs. sanpetrina universal)


Regiomontano universal

Óscar David López


Cuando me preguntan por qué sigo en Monterrey a pesar de la situación actual de violencia, refiero que esta ciudad nació violentada y que los regiomontanos nos olvidamos de todo lo que nos disgusta y que nos deshumaniza. Unos prefieren mudarse y olvidarlo. Otros se quedan y tampoco teorizan sobre el asunto. Otros más se la pasan en un no-lugar, sin pertenencia pero sin olvidar del todo el origen. Sin embargo, yo pienso en una violencia más antigua y localizada: la del lenguaje.


Hace un siglo, la figura del regiomontano para los extranjeros era la que había impuesto Alfonso Reyes, hombre de letras que se había comido el mundo pero que no dejaba de sorprenderse de que los poetas jóvenes de entonces estuvieran “enfermos” de mariconería como Salvador Novo, dicho en 1924 en una carta a Antonio G. Soladine. En 2012, por lo regular, hombres y mujeres nos parecemos (en mayor o menor grado) a Cindy la Regia, per- sonaje de Ricardo Cucamonga, que critica fuertemente la visión del capitalismo y el vacío del ser mediante un discurso sobre la discriminación de las sirvientas o de un pensamiento eugenésico sobre la mezcla de clases o de razas, abigarrado de localismos y expresiones que, aunque pícaras, son muy duras, y describen al sujeto de a pie que pretende vivir en una mansión en San Pedro, el Berverly Hills de Nuevo León.


La comparación no se me perdonará pero creo que hay una cercanía en estas visiones de discriminación y su ejercicio de poder. Lo de Alfonso Reyes se toma como un desliz, a pesar de que el comentario fue hecho cuando Marcel Proust alcanzaba su gloria. Lo de Cindy la Regia es una gran aportación sociocultural porque expone el carácter de lo sampetrino frente a lo regiomontano. La violencia inicia con y en el lenguaje, a veces en silencio, otras con palabras que hieren. Ambas alcanzan a matar.


El olvido también hace lo suyo. Tanto la intolerancia como la violencia forma parte de la historia de Monterrey. Basta recordar que en 1581 don Diego de Montemayor, fundador de la ciudad, mató a la que era su esposa, doña Juana Porcayo de la Cerda, cuando descubrió que le era infiel con su yerno, Alberto del Canto, quien fuera el fundador y primer alcalde de Saltillo. Así nace nuestra ciudad: el 20 de septiembre de 1596. Fundada dentro del Reino de León, en antiguo territorio chichimeca, violencia entre las violencias, potencia desangrada.


Nuestro fundador fue perdonado porque el virreinato no castigaba el asesinato por infidelidad. ¿Qué podemos esperar de los actos de lenguaje que en la actualidad van dejándonos traumas y huellas de dolor? Hay una impunidad histórica. Sin embargo, la existencia de personajes como Cindy la Regia ayudan a que ese silencio de impunidad se materialice, vía el humor, de forma crítica, y nos ayude a abrir los ojos. 


Abril 2012


En Residente MTY, acá la Residente versión electrónica.