El grabado de José Guadalupe Posada en honor a la célebre noche de los 41 maricones encontrados en un baile de la calle La Paz el 20 de noviembre 1901.
No puedo dejar de preguntarme qué hacía el maricón # 41 cuando sus compañeros bailaban en pareja y celebraban el día de la Revolución, obviamente no la mexicana sino otra más íntima.
Yo también me lo pregunto. Hay múltiples respuestas a eso: era un maricón muy feo y su pareja no fue o se escapó cuando lo vio; estaba en un menage a trois; era el curioso primerizo de todas las historias de amor, tanto, como en "La boda de mi mejor amigo", a este número 41 lo liberaron por el presunto parentesco con don Porfirio. No sé, ¿pero y los mozos?, ¿acaso era una fiesta sin servidumbre? No lo creo.
Creo que de las opciones que enumeraste la de mayor credibilidad es la del menage a trois. Los mozos eran diez, estaban en la cocina y nueve de ellos estaban ocupados en tres menage a trois distintos. El décimo trató de inmiscuirse en uno de los grupos pero no lo aceptaron. Por eso le dio al pitazo a las autoridades pertinentes para que fueran a emboscar a sus compañeros. Dicen que todavía vive, que es soltero, que calza zapato blanco y que debajo de su colchón tiene ocultas las obras completas de Corín Tellado y Yolanda Vargas Dulché.
3 commentaires:
No puedo dejar de preguntarme qué hacía el maricón # 41 cuando sus compañeros bailaban en pareja y celebraban el día de la Revolución, obviamente no la mexicana sino otra más íntima.
¿Tú lo sabes?
Yo también me lo pregunto. Hay múltiples respuestas a eso: era un maricón muy feo y su pareja no fue o se escapó cuando lo vio; estaba en un menage a trois; era el curioso primerizo de todas las historias de amor, tanto, como en "La boda de mi mejor amigo", a este número 41 lo liberaron por el presunto parentesco con don Porfirio. No sé, ¿pero y los mozos?, ¿acaso era una fiesta sin servidumbre? No lo creo.
Abrazo,
Òudi-Ló.
Creo que de las opciones que enumeraste la de mayor credibilidad es la del menage a trois.
Los mozos eran diez, estaban en la cocina y nueve de ellos estaban ocupados en tres menage a trois distintos. El décimo trató de inmiscuirse en uno de los grupos pero no lo aceptaron. Por eso le dio al pitazo a las autoridades pertinentes para que fueran a emboscar a sus compañeros.
Dicen que todavía vive, que es soltero, que calza zapato blanco y que debajo de su colchón tiene ocultas las obras completas de Corín Tellado y Yolanda Vargas Dulché.
Enregistrer un commentaire