A Severo Sarduy
En un claustro geométrico de luces,
la garra de la monja escribe, sella
su ardor, con una imagen dual de estrella
que, al sol con corte de astros, cae de bruces.
La envidia se encapucha. Fijas cruces
proyectan filo o sombra en la faz bella,
(rayas que en la memoria blanca de ella
trascienden a barrotes: -tragaluces).
Puede ser expansivo su mañana.
Su pulso es orbitado por la plana
superficie del mundo, y no despacio.
En la celda sonora de sor Juana
resuenan resplandores de palacio:
los signos dispersados al espacio.
(Tequila con calavera)
SAMUEL NOYOLA
4 commentaires:
buen poema.
saludos desde el otro lado del otro lado...
mancha aqui mancha allá
todos manchas amigo
Y pensar que en el jurásico decían que era guapo!
Me cae bien este infante terrible de las letras. Salúdalo.
Y un abrazo para ti...
MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA
MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA
MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA
MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA
MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA
MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA
MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA
MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA
MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA
MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA
MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA
MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA
Me gustó el poema. un beso, gaby.
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