Ahora que sólo nos queda trabajar al doble para lograr el placer de la escritura holgada, Dulce María habla con la verdad:
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"La mayoría de los habitantes, incluidos los artistas y escritores, no sólo hacemos negocio en todo momento, trabajando sin parar, sino que nos sentimos culpables si caemos en la distracción.
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"Cuando algún creador es del tipo relajado, ocioso o distraído, cuando no está neuróticamente obsesionado con la producción de su obra y no trabaja en ella como un poseso a cambio de nada, decimos de él que no es un "artista de verdad".
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"Reconocí mi alma regiomontana en una comida con amigos escritores en la Ciudad de México que empezaba a alargarse al infinito. "¿A qué hora escriben?", me preguntaba. Tomando en cuenta sus hábitos, llegué a la conclusión de que si aquello fuera Monterrey, ya los hubieran corrido de sus respectivos trabajos.Por su parte, ninguno de ellos compartía mi intranquilidad. Totalmente relajados pasaron a la sala en ese momento y se echaron en los sillones a ronronear como gatos.
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"Además de su excesiva afición al trabajo y su actitud culposa hacia el esparcimiento, Monterrey es una ciudad sumamente narcisista y posee una actitud hacia el exterior muy cercana al autismo.
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Publicado el sábado, 19 de Enero de 2008, en el periódico El Norte.
1 commentaire:
Oiga usted, qué honor.
Un abrazo a mitad de la neura de hoy
:)
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