mercredi, décembre 19, 2007

Plegaria Disponible # 14

(Image by Estudio Montes)

A quien pueda cumplirlo


Ahora, casi estando en la punta del precipicio, y todos ensayando sus mejores formas de abrazos y palabras ideales para este final de año, me dedicaré a enumerar mis peticiones tratando de alejarme, por un momento, de la catástrofe de seguir caminando con los ojos vendados por todo un año y acercarme a los balnearios de la cursilería otra vez, donde puedo jurar que escupí al cielo, si no no me explicaría estas palabras:

1) Cada día estoy escribiendo peor, me estoy volviendo cada vez más feo y mi barriga aumenta con dotes de escritor, y para colmo, ya empiezo a caminar con ese odioso pasito nerudiano que le daría envidia a más de un poeta chileno, por tanto, es hora de pedir, terminar, por lo menos, una de las novelas que tengo parada desde hace a un año, antes que el mundo estalle por una guerra o el sobrecalentamiento global nos deje peor que venus, para que sean otros los que me acusen de mal escritor y no sólo yo; reírse de uno mismo es sano, pero también aburrido. Y solo, es un acto completamente antianarquista.

2) Como desde hace un tiempo se ha extraviado el sentimiento de nostalgia en mí, prefiero pensar en las caídas, en las montañas imaginarias, en los baúles con cerraduras de películas y sobre todo, en años venideros. Prefiero pensar que existe un puente en ese precipicio por el que estoy apunto de caer, lo cual dejaría de serlo, y capaz, si tengo suerte, que mi plegarias a San Wombrowicz me resulten, y ese puente sirva para ir al pasado y leer algunos clásicos que los escritores actuales consideran obsoletos o aburridos.

3) Que por lo menos más de un escritor nuevo (de los que viven de decir que escriben) caminen por ese puente que, de seguro, si existe, es atirantado y llega al Machu Pichu. Pero por favor que caminen de uno en uno, no quiero que esta vaina se caiga.

4) Seguir empeorando en lo que escribo, es una condición natural, pero que termine.

5) Deseo que los más de 20 libros que tengo en casa dejen de mirarme feo por una vez en la vida y pueda leerlos.

6) Que Diego Maquieira termine de sacar el libro con que nos ha amenazado a más de uno de sus lectores con terminar de salir desde hace por lo menos 10 años.

7) Qué al final del puente haya tantos clásicos que el tiempo no me permita leerme de nuevo uno de los libros de José Luís Ceguí.

8) No leer más poesía con etiquetas, ni tonos rebeldes al estilo del pop ochentero, por último que sea Punk y practique cotidianamente un harakiri. Si no hay, ni modo, me quedo con el ego del autor, generalmente son más grandes que sus obras y más interesante.

9) Evitar ser llevado a una fiesta de poetas. Si es posible, tomar esta plegaria y multiplicarla por dos.

10) Como uno termina siempre arrepintiéndose de todo al final de su vida, prefiero empezar desde ahora, y quizá lo que haya dicho antes, solo sea una total mamarrachada, pero ahí se las dejo, es suya y no mía. A mí ya se me acabó el tiempo.


Que San Gombrowicz nos proteja,
Nervinson Machado
Poetilandia de las anfetas

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