Un poema negro*
Los monos pican:
mocos sin glicerina
extraídos del cuello
párvulo del ahora occiso
que venía por su
procedimiento de rutina: úlcera
gástrica mixeada con
sinfonía para gimnasia:
la paloma cantaba piensa en mí al extraer el papi-pólipo
la paloma cantaba la
verdad del amor soma
es un virus uno que
se tomó por bacteria eón
cuando le leyeron la
hora de muerte a Sor Juana:
que cocinar deja más
que filosofar: salve doña Tota
gloria de revoltijo
para el hambre acusadora de toda jaiba:
bien viva la bacteria
transmuta en iras barrocas
pues comer un par de
tacos siempre es atmosférico:
poética de grasa y
ebullición concéntrica
búscame las hélices,
las barras, las esferas inmunes
del antojo en cuatro
patas sobre la miel: lunas
que trajeron al
occiso mejor conocido como Manuel:
Manú, Manique,
Marica, Man de fuel injection
cuando la paloma
cantaba para palomearle el intestino:
instinto bien sabido
de la médico chingaquedito
que incrustaba los
metros del endoscopio diamantina:
lux óptica en viaje
por órgano hueco de carnes
vasconcélicas en un
asador regiomontano: el ano
del occiso aunque
haya bebido cuatro litros
de Nulitety el año de
su úlcera sigue negro y sin confeti:
vine porque me
dijeron que aquí matarían al negro:
este negro infinito y
colectivo de mis comilonas en grupo
de entrada, plato
fuerte y postre: tres tiempos sin falta:
la guadaña de los
fieles monos convertidos en arañas:
roturas de ano
enamorado del hueso de la cabrura
madre del cabrito y
todo nuestro bendito cáncer en travesura:
negro: negreo de monos
que pican justos en el recto donde
ayer se apretujaban
los tacos al salir de su juntura.
Óscar David López
* Poema para Divino Fetiche (2008).
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