Para que tus espuelas no
controlen las sábanas.
Para que el miedo no amanere,
ya que acaso el ocaso
tampoco sacrifica los labios
para salvar la almohada
o el cristal su efervescencia
por una de mis huellas.
He decidido la levedad,
esa cabalgadura
sin deshuesadero
donde las sombras
salvajas
no se ofrecerán
porque el pinzón
se diluyó en la colmena.
He echado las lunetas
bajo la cama
y he planchado mi abdomen
por si los hombres
y sus nombres
y mis hombros
te confunden,
y he pulido mi generosa hebilla
para que cuando me mires
la entrepierna
tan sólo a Narciso
penetrándote
encuentres.
3 commentaires:
Lo peor del caso es que ya no se encuentra uno ni en los otros. Pff, tanto buscar. Hace diez años dijimos nel al Fin de la Historia. Típico: el primer paso es la negación (NO, porque no me estoy muriendo)Ay, Los Simpsons. I miss us.
Oye, andas muy inspirado, escribe y escribe poemas, ¿por qué será? Bueno, bueno, que disfrutes ambas cosas. Los poemas y aquello que supongo suponer ;)
y sin embargo es GPS (y no JPS, ni JVC, ni mucho menos)
pero el mío, siñor, es un extravío metafísico... no me sirve siñor, no me sirve...
un abrazo
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