Los parisinos arrastran sus maletas como cachorros que no quieren avanzar, que no quieren llegar a casa, que no quieren pasear por les Champs Élysées, que no quieren que la boca del metros los devore antes de que ellos mismos aprendan a decir adiós con naturalidad y sofisticación. Paris, ya no te quiero, le digo. Paris no dice nada y mira cómo la Tour Eiffel se enciende y se apaga mientras yo intento cerrar mi maleta para huir al fin.
1 commentaire:
Me gusto tu manera de escribir el blog..me encanta porque está de un diverso tipo...por cierto, .si te gusta, puedes visitar algunas veces a mi blog Deseos del Día de S.Valentín también y compartir tus opiniones,espero que lo gustes .
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