lundi, septembre 10, 2012

Road Movie



Por Óscar David López
Las carreteras son la esencia de las road movies y del western. Miedo, matones, héroes ausentes, una muchacha: es un nudo fílmico reconocible. Actualmente no hace falta que exista un vía solitaria para que nos pensemos dentro de una escena así: en las calles de prácticamente todo el territorio nacional ocurre que uno puede volverse la damisela en peligro y, muchas veces sin poder prevenirlo, caer presa, ser asaltada o devenir desaparecida. Un balazo en la siguiente esquina. Paranoia.
Recientemente se presentó en Monterrey la Jornada de Nuevos Lectores Fílmicos 2012, un proyecto en el cual participo, de intervención en vivo de artistas, escritores y músicos que tienen como meta reinterpretar fragmentos de escasos minutos de películas tan dispares como La sirenita de Disney, o Pi, el orden del caos de Darren Aronofsky. Nuevas narraciones a modo de diálogos o de voz en off con poemas y música creada e interpretada en vivo para películas conocidas.
Justamente una de las intervenciones fue la de Daniel Pérez Ríos, quien trabajó con Y tu mamá también, de Cuarón, dándole un nuevo sentido a esta road moviemexicana. En la película la línea narrativa termina un mes antes de que el PRI salga del mandato legislativo nacional. Su reinterpretación ocurrió un mes después de que se anunciara que el PRI ha regresado al poder.
La intervención de Ríos consiste en una edición especial de la película en silencio para musicalizarse en vivo y con ayuda de grabaciones. Las escenas del viaje de carretera de Y tu mamá también se mezclan con escenas apócrifas pero reales de carreteras mexicanas del 2012. La música de Ríos varía de estilo y registro, primero heavy metal, luego sintetizadores, pasando por la melodía suave de un teclado. El resultado es una apropiación del espacio y tiempo fílmicos para entregarnos una épica de lo cotidiano.
Después del evento un amigo se ofreció a llevarme a casa. En el camino, su coche se apagó. Escena de road movie citadina: conocido género de horror mexicano. Mientras él revisaba el desperfecto un coche se detuvo a nuestro lado. Pensé en una larga lista de encabezados sobre descabezados: “Lloverán cabezas sobre México”, como dice el poema de Juan Carlos Bautista. No soy el único que siente esa tensión cuando un anónimo ofrece ayuda. El sujeto, desgarbado, en chanclas, con su esposa e hijo, hablando de la falta de gasolina y que la electricidad no sé qué. Al final hizo funcionar su auto y se marchó. No niego que el ambiente que se vive en ciudades como la de Monterrey nos vuelven más vulnerables y paranoicos, sin embargo uno viaja con la idea de haberse salvado esta vez, pura incertidumbre.
Comentarios al autor: oscardavidlo@gmail.com

Septiembre 2012


En Residente MTY impreso, acá la Residente versión electrónica.

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