A pesar de que este fin de semana ha sido de lluvia y arinconamiento entre material didáctico, siempre hay risa y alharaca emocional.
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Daniel me contaba que recién anoche había regresado a Monterrey luego de una semana en Cancún. Feliz hablamos de ligues y actos similares en el campo del histrionismo amatorio.
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Por mi parte, le contaba que había estado leyendo leyendo leyendo porque un enorme hoyo pedagógico me había absorbido desde el inicio de la semana a causa de la próxima gira de presentaciones.
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Es decir: si me debía salir de Monterrey, debía dejar mi vida académica resuelta. Tan fácil: y no es que se me complique, si no que me la complico aceptando tanto trabajo "gratuito" que antepongo a mi otrora imposición de deberes.
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Finalmente lo suelto: estoy hasta la madre de las tareas, seguramente no deben leer nada los maestros. Y Daniel, buen amigo y fiel confidente me suelta un: "de hecho, yo no leía nada cuando daba clases".
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Y sí, en efecto, debe ser horrible para los maestros leer un alto porcentaje de fusiles de la Internet, textos del Rincón del Vago y compañía, armas contra el sometimiento académico y la castración del horario estudiantil.
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¿Y qué es El Rincón del Vago, un sitio?, me pregunta Daniel, neófito en la instrucción de los deberes del pirata y su vaga vacuidad.
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Ay, amigo, cómo no puedes conocer ese sitio web en donde encuentras las tareas de cualquier tema de licenciatura, ingeniería, maestría, doctorado, desde las más tontas hasta las más elaboradas. Sí, no importa que estudies en el Tec, la Uni, el Poli, el Claustro o la U de Barcelona: equis, ahí está todo.
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Sí, está todo. Pero es tristísimo ver cómo nuestro nivel de enseñanza y autoaprendizaje ha quedado convertido en basura cibernética. Ahora todo es conseguible, imprimible, entregable, calificable, pues ni al maestro ni al alumno le importa tanto que sea un reciclado.
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En mis tiempos se le pagaba a una señora que podía hacer tareas semanales hasta entregas de tesis, le decían la "Bruja", me cuenta Daniel.
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Pues las "Brujas" todavía existen y existirán, por supuesto, todos aquellos que mágicamente, por la buena o por la mala, prostituyen la entrega de tareas, trabajos, proyectos y demás, son una extensión del medioevo intelectual.
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Las "Brujas" van desde egresados de Letras que abrieron su escritorio público, compañeros de clase que hacen el favor si no se les golpea o si se les acompaña al cine, maestros del cinismo de la usanza del cuerpo como máquina, etcétera.
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Sólo basta tener algo para el intercambio: dinero o cuerpo, son las más requeridas. Sí, 500 pesos por un ensayo de 10 cuartillas. Okey, una noche de compañía sexual por aprobar una materia.
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Sin embargo tengo miedo del oficio actual de maestro, el cual puede engendrar alumnos llenos de miseria y desencanto que a su vez, si llegan a ocupar un puesto docente, también serán patéticos en su revisión.
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Por el dios puerco de los italianos, que alguien acabe con esta cadena deplorable de mutilación intelectual, símil de la tala de millones de bosques para la producción editorial de libros de superación personal, etcétera.
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Suena mal el panorama. Pero en realidad es peor. La abulia, la disminución notable de energía, es el centro del bullying estudiantil, del acoso y el hostigamiento escolar.
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Si leemos abulia como "la falta de voluntad" de los alumnos que reciben el maltrato psicológico de los malos maestros que dicen las palabras clave como "entrega puntual", "puntos menos", "podría ayudarte si me dejas", en fin, tenemos que elegir.
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¿Pero elegir entre qué?
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Sólo tenemos pobreza y no humildad en los cuerpos académicos. Sólo pensamos en El Rincón del Vago y ni siquiera en El Cervantes Virtual porque nos obliga a comprender y no solamente capturar con el copy-paste. Sólo vemos cómo nos somete el bullying de la mala enseñanza y no hacemos nada.
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Triste historia. Lo sé. Pero al menos espero que la Literatura nos siga salvando y que en el camino, si no encontramos buenos maestros, seamos firmes con el autoaprendizaje.
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