dimanche, septembre 30, 2007

Los nuevos... Juan Carlos Bautista

Juan Carlos Bautista, un poeta destacadísimo en nuestro panorama linguístico, ya cuenta con blogspot llamado Suave que me está matando. Ahora lo festejo en este espacio donde incluyo un poema suyo para que vean de lo que hablo. A comer:



Puto decía en las frentes,
puto en las paredes pompeyanas del inodoro,
puto en las manos cebosas
y en los muros ignorados, escrito con odio:
pe de puto en los ojos cuando hacían esas hipérboles,
esas elipsis.
cuando se iban al techo, a la nuca,
la niña desmayada entre secreciones y ronca risa:
puto en esas visiones repentinas,
en esos gestos movedizos,
en la cadera, su abrupta estatua,
sus lentas, desaforadas descripciones:
puto en la locura doliente desde los ojos
como pájaros escapándose
a un cielo que respira su trágico y su cómico,
y se deja caer por el lujo de contemplarse en esa prisa:
y el dedo que rayaba las sábanas,
tan triste y tan digno,
luego removiéndose entre risas,
detenido en el aire, diciéndolo:

"pues sí,
morena (y puto) soy porque el sol me quemó,
¡oh, hijas de israel¡





No hablemos de Amor, queridas.
El Amor es una convalecencia demasiado efímera.
Hablemos de Sexo, ese horror inacabable.


este cuerpo
tu cuerpo helado
esta noche infame de tu cuerpo
cae como una lluvia fina
en medio de nuestro bosque de paredes chorreantes

y sexos como frutas que huelen a podrido

y aúlla la perra-loba.



Juan Carlos Bautista (México, 1964) es autor de los poemarios: Lenguas en erección (1992), Cantar de Marrakech (1993) y Bestial (2003). Ha sido en dos ocasiones becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.

samedi, septembre 29, 2007

Los Tubos Cultural: El cine dividido / Entrevista con Julián Hernández


Los Tubos Cultural, septiembre 29, 2007
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Si los cineastas mexicanos declaran que hacer cine en México es una labor casi imposible entonces hay que preguntarnos cómo hacen los directores de películas que abordan la temática gay. Julián Hernández, director de Mil nubes de paz… (México, 2003) y El cielo dividido (México, 2006), puede afirmar que su segundo largometraje se está distribuyendo mucho más rápido en el extranjero que en su país natal. Desde que El cielo dividido fue proyectada en Berlín, ha sido invitada a más de 30 festivales internacionales en Latinoamérica, Europa y Asia. Anteriormente con Mil nubes de paz… Hernández ya había conquistado a Berlín obteniendo el “Teddy”, galardón con más de tres décadas de trayectoria que se concede a los filmes de temática gay.
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El cielo dividido cuenta la historia del amor entre Gerardo (Miguel Ángel Hoppe) y Jonás (Fernando Arroyo), dos jóvenes universitarios que se ven divididos por la presencia de un tercero. Con esta cinta Hernández sigue una búsqueda emprendida con Mil nubes de paz… principalmente por la ausencia de diálogos, la musicalidad notable en el desarrollo de la historia, el ritmo personalizado en una focalización interna en los personajes (especialmente Gerardo), la notable (y quizá sufrida) carencia de anécdotas alternas a la trama principal (que supone todo un reto para el espectador que no esté habituado al cine producido por la industria independiente o proveniente de escuelas de arte y cinematografía), y por último la gran capacidad para la dirección de actores a los cuales en todo momento les creemos lo que sucede (aunque la narración trabajada de una manera tan sinuosa nos distraiga).
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Julián Hernández, egresado del CUEC (Centro Universitario de Estudios Cinematográficos), nos cuenta un poco sobre su proceso, percepción y vida dentro del cine.
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LAS DIFERENCIAS ENTRE MIL NUBES… Y EL CIELO DIVIDIDO
“Entre la realización de Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor y El cielo dividido median 6 años. El proceso de la primera fue muy largo, la película se filmó en, al menos, tres periodos de rodaje entre los cuales mediaban, cuando menos 6 meses, en los cuales nos dedicábamos a hacer otras cosas para poder conseguir el dinero necesario para emprender una nueva etapa de realización. El presupuesto para dicha película no existió, al igual el proceso de postproducción que corrió la misma suerte. Durante cinco años editamos, sonorizamos y buscamos la manera de poder concluirla. Era noviembre de 2002 cuando harto ya, había decidido dar a conocerla en DVD y olvidarme de su posible traslado a 35mm, en ese momento Enrique Ortiga que trabajaba para TITAN (productora de Sexo, pudor y lágrimas y de La hija del Caníbal) nos pidió una copia de Mil nubes para enviarla a la selección del Festival de Berlín junto con las producciones de la empresa. Ahí empezó todo con esa película.
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“En el caso de El cielo dividido las circunstancias no fueron muy distintas. En diciembre de 2003 Paula Astorga directora del FICCO nos invitó a participar en un proyecto llamado IDENTIDAD CINEMA ESPECTÁCULAR que consistía en un grupo de cortometrajes que sobre el tema realizarían 11 directores en HD para ser terminados en 35mm y presentarse en el FESTIVAL DEL CENTRO HISTÓRICO del 2004. El cortometraje en cuestión se llamó DORMIRÉ CUANDO ESTÉ MUERTO. Al verlo a Paula se le ocurrió que deberíamos emprender la realización de un largometraje en HD. En realidad no me encantó la idea, sí la del largometraje, no la del HD. En fin, la posibilidad de volver a realizar algo me puso a escribir. Para marzo de 2004 teníamos ya el guión de EL CIELO DIVIDIO. Rápidamente nos dimos cuenta que las posibilidades reales de realización de ese proyecto con Paula eran nulas.
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“En diciembre de 2003 participé en un curso que se realiza en Argentina para encaminar proyector apoyado por varias fundaciones como la Rockefeller y la Huber Bal. Al final se eligen los mejores proyectos y se le otorgan 10 mil euros para la realización de una carpeta que ayude a presentar el proyecto. “Y llegó un día verdaderamente caluroso y volví el rostro al cielo y me di cuenta de todas la injusticias que hay bajo su capa” fue uno de los tres proyectos ganadores. En ese marzo llegó el dinero y permaneció en una cuenta esperando.
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“Al final nos apoyó el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, el FONCA en los últimos momentos y el IMCINE en la etapa final. El presupuesto para el rodaje fueron esos 10 mil euros. Se filmó en cuatro semanas (un éxito) y su conclusión tardo año y medio hasta que una vez mas el Festival e Berlín nos invito a participar.
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SUS INFLUENCIAS DEL CINE MEXICANO Y EXTRANJERO
“Los cineastas en la actualidad somos, en el mejor de los casos, cineastas cinéfilos, en ese sentido todo lo que hemos visto se manifiesta de alguna manera en nuestro trabajo. En lo particular creo que en mi manera de hacer cine están presentes de diversas maneras y muy distintos motivos cineastas como Emilio Fernández, Leonardo Favio, Pier Paolo Pasolini, Juan Manuel Torres, Rainer Werner Fassbinder, Valentín Trujillo, Micklos Jankso, Roberto Rosellini, Roberto Gavaldón, Michelangelo Antonioni, Ismael Rodriguez, Glauber Rocha, Apichatpong Weerasetakul, Tsai Ming Liang, Archibaldo Burns, Leni Riefensthal, María Elena Velasco, Marguerite Duras, Catherine Breillat y Werner Schoroether.
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CÓMO AFECTÓ LA APARICIÓN DE BROKEBACK MOUNTAIN
“El público al que está dirigida Brokeback Mountain es un público muy distinto al que ve películas denominadas como gays.
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PROYECTAR, COMO PUBLICAR, ¿ES EXPONERSE?
“Creo que de antemano, cualquiera que vea mis películas, las asume de inmediato como una proyección de mi propia vida y de alguna manera yo he reforzado esa idea al manifestar que una película que no hable de su autor no tiene ninguna razón de haber sido realizada. Con esto he querido decir mucho más allá de lo que se entiende, es decir, al hablar de “una película que hable de su autor” quiero implicar muchos aspectos diversos de la personalidad de su creador, no el meramente sexual u amoroso sino de su visión sobre la vida toda.
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LA OPINIÓN FAMILIAR
“Mi familia es absolutamente feliz con todo lo que sucede con mi trabajo. Están muy contentos de tener un ‘familiar famoso’ que es talentoso, provocador y que no se queda callado. Seguramente en algún momento han pensado que estaría bien que hiciera otro tipo de películas, me refiero a la forma y quizá también a la temática, pero no lo dicen aún y si eso ocurriera pueden ir juntando su dinerito y hacer las propias.
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LA DIFICULTAD DE HACER CINE EN MÉXICO
“El dinero, siempre el dinero.
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LO EXTRA POR SER UN DIRECTOR DE CINE “DE AMBIENTE”
“Esa es una especie de marginación. Hasta hace muy pocos días no había caído en la cuenta de eso. Digamos que vivía en mi burbuja alimentado por el reconocimiento (pequeño o no) de mis películas en el extranjero, la venta del DVD en varios países del mundo y el ‘cariño del público’ (esto es absolutamente en serio), pero resulta que hace quizás dos semanas fui al cine por tercera ocasión en un día como suelo hacer cuando tengo tiempo y me desquito del tiempo en que no puedo ir. Era la tercera y ya había visto EL DÍA QUE MATARON A KENNEDY, ESPINAS (por tercera vez, y no porque me parezca buenas sino por que era su semana de estreno y hay que apoyar, ya la había visto en video y en una función especial) e iba por EL BUEN NOMBRE. Entonces caí en la cuenta de que ya eran tres las veces que veía el trailer de una película que está a punto de estrenar y que es anunciada como una maravilla y que gana festivales y que no sé qué. ¡Gran director! ¡Gran Película!
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“Al acabar el citado avance pensé: Yo filmo mucho mejor que él y mis películas también se estrenan en festivales internacionales y también gano premios y también y también y mejor. ¿Entonces por qué yo? La respuesta es muy sencilla. Antes de todo eso que he mencionado, antes de valorar si tengo algún estilo, antes de valorar si emplazo bien o mal la cámara, si sé dirigir actores, si propongo algo con respecto a la manera como se entiende la gramática cinematográfica. Antes de que esas reflexiones lleguen a la cabeza de alguien aquí en México, soy Julián Hernández ‘el que hace películas de homosexuales’. Ni siquiera Julián Hernández ‘el cineasta homosexual’, sino el que hace películas de homosexuales, antes por supuesto de pensar que sé filmar.
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EL CIELO DIVIDIDO EN SALAS COMERCIALES
“Significa que después de mucho tiempo el público ha perdido el miedo a la diferencia. El público que no comparte mis preferencias e incluso aquél que las comparte y que la mayoría de las veces se regodea en su propio rencor hacía si y que representa la peor de las fobias. Significa que de algo ha servido que estemos haciendo películas ya que han encontrado un público con ansias de verse representados en las pantallas sin tener que buscarse a través de otras representaciones (culturales). Significa que la libertad es algo que construimos para nosotros mismos y que nadie nos regala.
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EL CIELO DIVIDIDO ¿DE QUÉ TRATA?
“De la vida y nada más.
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¿QUÉ SIGUE?
“El largometraje Rabioso sol rabioso cielo y luego Mi revancha”.

vendredi, septembre 28, 2007

XXI Encuentro Internacional de Escritores (Homenaje a Kapuscinski) 4-6 de octubre, 2007




Recomendación... Cabaret Provenza (de Luis Felipe Fabre)

Título: Cabaret Provenza
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Autor: Luis Felipe Fabre
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Editorial: Fondo de Cultura Económica
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Extracto: (p 32)
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INVESTIGACIÓN DE MERCADO
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Una moneda, por el amor de Dios, una moneda,
que el dinero es el tema del mendigo y el mendigo
es el tema de esta investigación: ¿si el mendigo tuviese dinero
hablaría de asuntos menos mundanos? Pero he aquí
un tintinear en el interior de una lata
de sardinas sin sardinas. ¿Y las sardinas?
Baratas y nutritivas: ricas en hierro, vitamina A y fósforo.
Un paladar exquisito diría que la sardina tiene un ligero dejo a:
a) Metal sobado. b) Dinero rancio. c) Desayuno de mendigos.
¿Un mendigo es básicamente una alcancía?

jeudi, septembre 27, 2007

Solidaridad con Víctor Barrera Enderle

Apoyando la idea de Ximena Peredo, promuevo aquí mi apoyo contra los (anti)movimientos que se han sucitado (desde hace décadas y no a cuentagotas) con los maestros que imparten cátedra en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León por parte de sus mismos directivos. Tal parece que para los que tratamos de acercarnos a la Academia, ésta se va quedando más lejos cada día, incluso para los que se supone la coordinan. Una desgracia.
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Ximena ha creado un blog donde podemos leer los comentarios en favor y que valoran el trabajo de Barrera Enderle por parte de Genaro Saúl Reyes, Gabriela Cantú W., Mario Cantú Toscano, entre otros. Para enterarse de esta lamentable y fatal historia hacer clic aquí.
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Víctor Barrera Enderle
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(Monterrey, México, 1972) Lic. En Letras Españolas (Universidad Autónoma de Nuevo León)Magíster en Teoría Literaria (Universidad de Chile) Doctor en Literatura Hispanoamericana (Universidad de Chile)
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Libros. La mudanza incesante. Teoría y crítica literarias en Alfonso Reyes, Monterrey: Universidad Autónoma de Nuevo León, 2002. Miscelánea textual. Ensayos sobre literatura y culturas latinoamericanas, Santiago de Chile, 2002.
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La otra invención. Ensayos sobre crítica y literatura de América Latina. Monterrey. Conarte-Conaculta. 2005.
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De la amistad literaria. Universidad Autónoma de Nuevo León. 2006.

Viva Isabelle Comedienne, ¡está viva!


samedi, septembre 22, 2007

Los Tubos Cultural: I Remember: Je me souviens: Hago memoria


Los Tubos Cultural, septiembre 22, 2007
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Recuerdo cuando Rocío Cerón me contó que estaba traduciendo, junto a José Manuel Springer, el libro de I remember de Joe Brainard, que próximamente será publicado por la Editorial Verdehalago. Aquella ocasión representó apenas un encuentro espontáneo y aislado hasta que tuve la oportunidad de leerlo, primero por un fragmento del trabajo de Cerón y Springer, y luego por la versión original. Joe Brainard fue un artista estadounidense dedicado principalmente a las artes plásticas y, eventualmente, a las letras. Con I remember, publicado en 1970, Brainard planteaba una suerte de memoria en plan de experimento vanguardista donde su historia personal y la ficción trenzaran un libro testimonial de su época y, así mismo, contra el lenguaje al deshilar history de story.
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Me acuerdo de mi confusión cuando tuve entre mis manos Me acuerdo (Berenice, 2007) de Georges Perec, con prólogo, traducción y notas de Yolanda Morató. De inmediato pensé que se trataba del libro de Brainard, por fin traducido y publicado en español, no precisamente en la versión de Cerón y Springer. Después de mis tres minutos de alucine, caí en cuenta que en realidad era de uno de los eslabones que había (des)encadenado el I remember de Joe Brainard. Georges Perec, publicó Je me souviens en 1978, fue un escritor francés activamente ligado a dos movimientos de suma importancia para las letras, miembro de de Ou.Li.Po. (seminario, , de literatura, , potencial, ), y abanderado de Nouveau Roman (Nueva Novela).
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La publicación de ambas traducciones, muy cercana en fecha (aunque la de Brainard aún no esté a la venta), y muy lejana en territorios editoriales (la de Brainard por un sello mexicano, y la de Perec por uno español), nos habla de la necesidad y el acuse de recibo para con dos generaciones, dos testimonios, dos países, dos escritores que deben no releerse sino –quizá- por primera vez leerse en español. Curioso descubrimiento el de la lengua y sus reinvenciones: Brainard, estadounidense traducido en México, el país vecino; Perec, francés traducido en España, su país vecino. La traducción, al igual que el recuerdo, es un eco que reconfigura la memoria.
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Así, en las primera páginas Georges Perec le dedica su Me acuerdo a Joe Brainard por su Recuerdo. O sea: un escritor francés adepto a dos movimientos importantes y revolucionarios del lenguaje literario agradece a otro escritor estadounidense por su apuesta lingüística, no por acto del eco sino por el de la edificación de la memoria, el mismo que produce el eco en la cueva cuando alguien habla cualquiera que sea el idioma que hable: el eco siempre es un alargamiento del brazo lingüístico, del siamés que todos tenemos en el país vecino.
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Ambos libros están construidos mediante la forma retórica de la anáfora, que es la repetición de una frase o palabra al inicio de cada estrofa del conjunto (se trate de un texto o un libro). Por igual, el libro de Brainard y el libro de Perec nos hablan de las generaciones en las que desarrollaron sus obras, el cine que degustaron, la música, los artistas con los que compartieron los banquetes, sus recuerdos más privados y prístinos provenientes de la infancia y la adolescencia, época justa cuando no pensaban que serían parte indispensable de la historia. Así, como el acto propuesto por Brainard pero a la inversa: sus historias se volvieron la Historia.
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En el prólogo de Me acuerdo, la traductora Yolanda Morató fundamenta con una pregunta la tácita lejanía de ambos artistas: “¿Qué une a dos nombres separados por el océano, aunque unidos por una generación y por una muerte prematura, provocada por las dos grandes enfermedades del siglo XX, el sida y el cáncer?”. Los recuerdos, el mecanismo de la memoria, el artefacto del pensamiento y sus avatares que conmueven hasta la ira o el llanto. Ambos libros tienen como médula este ejercicio: hacer memoria. Traer a tierra lo que mantenemos en el aire, incluso con el temor de que pocos entiendan o comprendan, pues se trata de objetos quizá olvidados ya por las generaciones actuales, a la par, pasadas o futuras. Los recuerdos de la infancia de Brainard no son parecidos a los de la de Perec, ni a los de la mía. Las lecturas de ambos libros no son intercambiables, no por la similitud de la anáfora un lector puede omitir la asistencia a cada uno de estas memorias-objeto. El lector debe asistir como parte de un juego de habilidad mental.
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Hago memoria de mi propia existencia a través del otro, de los otros que, también, forman parte de mi biografía.
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Georges Perec, Me acuerdo, trad. Yolanda Morató (España: Berenice, 2007) 175 pp.

jeudi, septembre 20, 2007

Recomencación... Me acuerdo (de Georges Perec) Trad. Yolanda Morató


Título: Me acuerdo
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Autor: Georges Perec
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Prólogo, traducción y notas: Yolanda Morató
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Editorial: Berenice
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Extracto (21-22pp):
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1
Me acuerdo de que Reda Caire presentó su espectáculo en el cine de Porte de Saint-Cloud.
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2
Me acuerdo de que mi tío tenía un 11 CV con matrícula 7070 RL2.
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3
Me acuerdo del cine Les Agriculteurs, y de los grandes sillones de cuero del Caméra y de los asientos de dos plazas del Panthéon.
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4
Me acuerdo de Lester Young en el club Saint-Germain; llebava puesto un terno de seda azul forrado con seda roja.

Kylie Minogue - White Diamond (Leaked Live album version)

La nueva rola de Kylie Minogue producida por Scissors Sisters.

¡¡¡Yeah!!!

mardi, septembre 18, 2007

BloPersonal

¿Quieres ser mi mecenas*?

Escribe a:
oscardavidlo@hotmail.com

¡¡¡Haré cualquier cosa por ti!!!


* mecenas.
(Por alus. a C. C. Mecenas, c69 a. C. al 8 d. C., consejero del emperador romano Augusto y protector de las letras y de los literatos).


1. m. Persona que patrocina las letras o las artes.

Real Academia Española © Todos los derechos reservados.

samedi, septembre 15, 2007

Los Tubos Cultural: O te encocas tú o me encoco yo, pa que se acabe la vaina


Los Tubos Cultural, septiembre 15, 2007
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“La imagen hacia la cual avanza el relato –dice Severo Sarduy-, a la que cada frase o las peripecias a las que se enfrenta cada personaje procuran engendrar, a la que cada libro intenta producir…” “…es la imagen de una bóveda”. Sarduy hablaba sobre lo que perseguía su obra al momento de escribir, del deseo de la obra. Una bóveda, no como un contenedor o una caverna abandona sino como una bóveda celeste, un mundo en donde la técnica sea sólo la hechura de una escenografía donde la representación viva.
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Así, Julián Herbert propone Cocaína (Manual de usuario) como un libro de genealogías: Abraham engendró a Isaac, Isaac sembró un plantío de coca en el jardín trasero de Jacob, Jacob la procesó químicamente en el laboratorio de Juda, y sus hermanos la comercializaron, vendiéndosela a Sherlom Holmes, Sigmund Freud y al exesposo de Alejandra Guzmán en Baker Street donde un tal Ismael engendró a Julián Herbert que se dice el autor del mismo. En fin, este libro abre otros libros que sólo ocurren cuando el lector asiste. En palabras de Sarduy: “algo en que uno mismo se reconoce, que en cierto modo nos refleja, que al mismo tiempo se nos escapa y nos mira desde una oscura afinidad”.
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Nómada, pendular, fractal, son adjetivos que podrían utilizarse para señalar la obra de Julián Herbert. Sin embargo, aquéllas observaciones son imprecisas, limitantes e impresionistas. Para designar, por ejemplo, Cocaína (Manual de usuario) con el cual el autor nos demuestra que es posible escribir desde múltiples géneros algo que llamamos aún narrativa. O sea: escribir algo que suponemos narrativa pero que está en verso, en lenguaje coloquial, a modo de manual, instructivo, relato, postal. Una narrativa pasada por el cedazo de la hibridación, es decir, una narrativa pensada y desposada con la técnica.
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Hablar de las reglas del cuento tradicional aquí no importa. Tampoco decirles cuáles son esas bóvedas que habitan este libro. Desde la tradición norteamericana a la escocesa, es decir de Raymond Carver a Irvine Welsh. O de una latinoamericana qie va de Jorge Luis Borges a Juan José Arreola. Éstas son sólo referencias que de nada sirven aquí pero que nombrarlas exorciza a la crítica con lo verosímil, con lo mundano ficticio, con la literatura consagrada. Sin embargo, debo decir que Herbert sabe ordenar los lenguajes para subvertir la naturaleza de la imaginación. Su pluma goza de una salud poética que muchos narradores deberían ejercitar a diario en lugar de leer el periódico o las instrucciones del jabón de baño. Atributo de los grandes prosistas como Faulkner o Chejov.
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Cocaína es una sustancia, que como ocurre en efectos químico-corporales, se expande de inmediato por este libro. Además de ser el hilo conductor entre las postales, cuentos, poemas, instrucciones, es una clara referencia generacional en el sentido del hiperconsumismo y la trantextualidad del mismo. Dice Jean Baudrillard que actualmente todos somos transexuales porque nos habita el deseo de recrear nuestros cuerpos con la imagen ideal representada por los paradigmas extremos del macho muy macho, de la mujer muy mujer, del maricón muy maricón. Sin embargo, en esa búsqueda de la autenticidad todos hemos terminado por ser una mezcla que no resulta totalmente auténtica. En ese tránsito adoptamos prótesis (idénticas a la de muchos más) que nos complacen, por ejemplo un corte de pelo, un tamaño de pene o de senos, una semana de cocaína.
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Apegado a las palabras de Baudrillard, lo transexual (o sea lo transexual: lo que más allá) en Cocaína (Manual de usuario) reposa en el artificio, ya sea el anatómico de cambiar de género (literarios) y el juego de los signos indumentarios, morfológicos o gestuales característicos del cine, o de avatares no del orden literario. Herbert logra sinterizar un discurso amoroso de las drogas y la literatura a través de lo trantextual que sigue permaneciendo como narrativa.
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En esa búsqueda del texto como artefacto adánico, único, casi fálico, nos encontramos con todo tipo de personajes perfectamente bien engranados con su psicología y visión intraliteraria. Vampiros, vagabundos, losers, camilleros, hijas de puta, hijos de puta, niños nice, Sherlom Holmes, Pedros Infantes, James Deans, son algunos de los guiños con los que Herbert saca su mariconera donde guarda la instrumentación adecuada para pinchar, esnifar, fumar, disolver, llorar, reír, contar la cocaína. Si bien predominan los personajes abismados, las historias que los contienen enamorados de la muerte, de lo perecedero, están cimentadas en una visión amplia de la decadencia-gozo de la drogadicción como forma de vida.
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“¿El abismo no sería más que un aniquilamiento oportuno? –se pregunta Roland Barthes. No me sería difícil leer en él no un reposo, sino una emoción.” Así mismo Cocaína (Manual de usuario) enmascara el duelo en una huida de todos nosotros a través de la cocaína (como motivo, prótesis y metarrelato): diluirse, desvanecerse para escapar a esta compacidad, a este atasco, que hace de nosotros sujetos responsables: salirse de uno: es el éxtasis. Cocaína (Manual de usuario), ganador del V Premio Nacional de Cuento Juan José Arreola, abre la puerta de un pasón con posibilidades múltiples de regreso y, por supuesto, del abismo.
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Julián Herbert, Cocaína (Manual de usuario), cuento. España, Editorial Almuzara, 2006 (Colección Narrativa), 103 pp.

Los Tubos Cultural: La ceremonia del porno a granel





Los Tubos Cultural, septiembre 15, 2007
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Al escribir sobre pornografía, uno ya sabe a quién habla:
a gente como uno mismo.
Andrés Barba y Javier Montes
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Cuando una amiga vivía en Paris intentó varias veces colarse en un antro gay donde el show consistía en chicos que se duchaban en vivo, detrás de un cristal. La mayoría de las veces fracasó, según ella, porque los guardias de seguridad le negaban la admisión por parecer “demasiado heterosexual”. ¿Cómo es eso?, le pregunté curioso de dicho concepto y la forma en que llegó a tal conclusión. No supo responderme porque en realidad se le había negado la entrada durante noches exclusivas para chicos. Es que se me iban los ojos, comenta justificando su envoltorio straight con el que se desenvuelve socialmente, y agrega: nunca antes me había excitado así con un desnudo.
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“Por supuesto que el porno puede ser a veces aburrido o inconsistente”, afirman Andrés Barba (Madrid, 1975) y Javier Montes (Madrid, 1976) en La ceremonia del porno (2007), obra ganadora del XXXV Premio Anagrama de Ensayo, “el porno de los otros, sobre todo, suele resultar aburrido e inconsistente y hasta embarazoso en comparación con el porno de uno”. Los autores dicen que, suponiendo y para cerrar el caso de mi amiga, es que para que alguien se coloque de uno de los lados de la pornografía –o sea convertirse en pornófobo o pornófilo, de por vida o por un instante- es necesario que una imagen –objeto mucho más allá de la imaginación y la emoción-, nos conmueva, nos brinde una epifanía, un encuentro con lo que se es (y sin embargo permanecía desconocido), y hacer con dicha experiencia una ceremonia.
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Barba y Montes proponen un escrupuloso acercamiento a la pornografía haciendo un análisis histórico del fenómeno y, de lo que ellos llaman, el sujeto porno, mismo nacido de tecnologías como la Internet, las cámaras digitales, etc., al que definen como a “la transformación del consumidor de pornografía en potencial sujeto pornográfico (actor, director y productor de su propio material pornográfico)”. En un sentido se refieren a lo que se conoce como ‘porno amateur’, pero también develan cómo la industria porno se ha apoderado de este tipo de narración para conseguir renovar sus ventas con productos donde se muestran hombres heterosexuales sosteniendo por primera vez un acto homosexual, chicas con evidente fisonomía de menores de edad vestidas de colegialas teniendo sexo como todas unas vampiresas, etc.
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Internet propone una habitación propia pues es en ese lugar inasible donde cada uno puede desenvolverse a su gusto y dinámica. Si la experiencia porno debe ser solitaria, páginas como PornoTube, Gay.com, y hasta las más simplonas como Hi5, Facebook, tienen millones de usuarios que buscan exponerse como sujetos porno y, no lo dudemos, conseguir sexo en vivo y directo. Linda Williams acuñó el concepto ‘on/scenity’ que es “el punto de fuga donde colisionan las convenciones en torno a lo publico y lo privado, lo lascivo y lo ordinario”, o sea un secreto a voces, dicen Barba y Montes, refiriéndose a todo aquello que la cultura del afuera va aceptando ‘veladamente’ de la cultura privada de los individuos, más claramente el porno ‘on/scenity’ es todo aquel producto que circula en las calles que en el pasado fue obsceno y ahora está en escena, caso muy similar al que sucede, y sucederá, con todo aquello que circula hoy en la Internet.
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Incluso toda la seguridad que se ha (im)puesto por bien de los menores de edad estará nula en unos años, si no es que yo esté atrasado en noticias y, en realidad, la protección de los menores nunca ha existido. “La pretensión de volver de nuevo obsceno lo que ya es on/scene está destinada al fracaso”, ya lo dicen lo autores: “En un clic el sujeto se convierte en actor porno”. Un amigo me contó que su primera ceremonia porno fue en casa, a la hora que sus papás trabajaban, con las películas ‘eróticas’ en videos formato beta que su padre guardaba al fondo de la colección familiar. Ahora imaginemos a los que tienen diez años en este 2007: ¿increíble, no? De diversa manera pero igual (parafraseando el idioma infantil), el porno extiende sus brazos fuera de los objetos explícitos. Ya lo dijo Bataille: “el erotismo es cuestión de perspectiva”. Igual el porno. Ahora lo dicen Barba y Montes en relación con el fetichismo: “Donde yo sólo veo un catálogo de Adidas o un souvenir de Disneyland, otros se abisman en la contemplación de material altamente estimulante –pornográfico-.”
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Al hablar de la cuestión narrativa debe exponerse la queja más usual de los pornófobos (morales, estetas, intelectuales, apáticos, etc.) que indican “ausencia de sentido o de verosimilitud, su dislocamiento, su irrealidad en definitiva, contrastada con su hiperrealidad en la representación de los acoplamientos sexuales”. Para ello, Barba y Montes comparan al actor porno con las marionetas del teatro Ño dado que ambos se desenvuelven en escrituras narrativas de carácter simbólico donde el interés no reside en la modificación (de su personalidad, de su pasado y futuro, del hallazgo), sino en la mera exposición de una escena. Sin embargo, el porno sigue manteniendo la estructura clásica de planteamiento-nudo-desenlace, en la cual el porno necesita ser trasgresor para lograr simplemente ser. “La actriz porno”, dice Patrick Baudry, “no goza: es el gozo”. Dicha narrativa no busca contar ya que su intención es excitar, conmover los sentidos, enrolar al espectador en la búsqueda de sí mismo, del orgasmo y la intimidad afectiva con su sombra.
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A pesar de la narrativa esquematizada, el porno cuenta con una extraña recurrencia del humor. Desde los famosos remakes porno del cine popular como Kill Bill, Sherk, Star Wars, Indiana Jones, etc., hasta llegar a producciones porno con un sentido hilarante como Garganta profunda de Gerard Damiano (1972), película que hizo posible que el porno pasara a las salas comerciales porque “el humor desarticula el lenguaje de la intimidad y lo transfiere al de la colectividad”. Sin embargo, ese fenómeno fue pasajero, ahora más con el uso del Internet como medio primordial de producción, venta y distribución pornográfica. A esa relación entre lo porno y el humor, Barba y Montes la llaman “síndrome de la pastilla para la tos. Toda eficacia de la pastilla para la tos está basada en un principio simplísimo: es imposible toser mientras se traga”.
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“La pornografía nunca es un objeto identificable”, afirman Barba y Montes porque en realidad dicho objeto identificable es “la relación de un contenido con su contexto y la experiencia individual de un contenido”. Esto también lo parafrasean al hablar de arte y pornografía, donde mantienen una posición firme en cuanto que una pieza de creación de sexo explícito no cae de inmediato en la categoría de porno por su esencia sino por su intención y su localización. Este fenómeno lo explican con el ejemplo de la pintura de Courbet llamada El origen del mundo que fue hecha ex profeso para el diplomático egipcio Khalil Bey que la mantenía oculta bajo unas cortinas especiales, pasando después por las manos de coleccionistas como Jacques Lacan quien también la ocultaba y, terminando en una sala del Musée d’Orsay en donde se ha convertido en la segunda postal más vendida de las piezas del museo. “Arte pornográfico es un oxímoron similar a porno artístico. Sin embargo, el cado de El origen del mundo debería servir para entender que el arte puede muy bien ofrecer sexualmente explícitas para posibilitar una experiencia estética”.
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La ceremonia del porno ofrece una endoscopia a detalle de las partes que pertenecen o se asocian con este fenómeno. Con anécdotas, referencias, estudios y contraposiciones de políticos, intelectuales, de vecinos, de amas de casa, etc., logran concretar un libro de ensayos que no asusta ni excita tanto como el tema en cuestión, al contrario, Barba y Montes hacen las preguntas indicadas que estaban veladas en la estructura doble moralista actual, y a su vez, responden con inquietud a una nueva generación donde el contacto con las nuevas tecnologías rezagó la memoria cultural. Andrés Barba y Javier Montes, desde posiciones bien centradas, sin tomar posturas flojas, logran despojarse del impedimento imagen/lengua de un tema desplazado a las charlas pícaras de una sobremesa cualquiera para presentar un producto honesto y actual. Cabe destacar el logro primordial de los autores, la creación de una voz en conjunto, una voz a cuatro manos cual 4some donde sin alejarse del festejo ceremonioso también advierten que si algo atentará contra la pornografía será solamente el tedio (ya sea de la industria misma o de los dos polos del planeta porno). La ceremonia del porno es hoy por hoy un producto a granel y está en el espacio y en el ciberespacio y en nosotros mismos.
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En el último capítulo del libro los autores hacen un recuento de frases de pornófobos y pornófilos, aquí cuatro de ellas, a ver si identifican cuál es cuál:
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“Por favor, escribid en vuestras revistas cuánto quise que se legalizara el porno.”
Nota de suicidio de Mary Mallington,
Actriz porno, 1976
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“No entiendo que se descalifique el porno por no ser realista. Es como si alguien dijera que no le gustan los musicales porque en la vida real nadie se pone a cantar en plena calle.”
Steven Marcus
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“La verdad de la teología es la pornografía. La pantomima de los espíritus.”
Pierre Klossowski
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“Las nuevas formas de imaginación total durante el siglo pasado: el artista, el erotómano, el izquierdista y el loco.”
Susan Sontag
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mercredi, septembre 12, 2007

Todos invitados... Cocaína (manual de usuario), de Julián Herbert


Amigos, amigas: es grato invitarlos a la presentación de Cocaína (Manual de usuario), de Julián Herbert, donde le haré una pícara trivia soñadora.
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Este miércoles 12 de septiembre. 20:00 hrs.
En Conarte, antigua sede de Correos, planta baja.
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Colección relatos
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Para crear espectativa, les comparto el primer texto del libro:
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Sentado en Baker Street
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Llámenme Mr Sherlock Holmes. Estoy sentado en Baker Street alternando una semana de cocaína con otra de ambición. La extraordinaria fuerza de mis dedos se ocupa en moler piedras y preparar agujas. La precisión de mis pupilas se encarga de que nada se derrame, de que la dosis sea exacta a pesar de mis temblores y el zumbido en mis orejas. Las peculiares dimensiones de mi cráneo son nadas: nadas ociosas y relucientes que se curvan como un resbaladero, un tobogán donde las violencias lógicas desfallecen y caen. Estoy sentado en Baker Street mirando pasar sobre la nieve las ruedas sucias de los carruajes.
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Llámenme Adán. Estoy sentado en Baker Street, mi sillón es de cuero y de madera. Estoy desnudo. Tengo la verga más dulce de la Creación. Mi verga está dormida y no consigo despertarla. Lo intenté viendo películas porno y nada. Lo intenté sacudiéndola bajo un chorro de agua fría y nada. Lo intenté pensando en ti y nada: nadas ociosas y relucientes como un gramo en un pedazo de papel. Tengo una verga dulce, inútil, un relámpago de carne que se apaga. Y si al menos pudiéramos amarnos esta noche. Pero mientras, alcánzame el espejito que está sobre el lavabo.
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Llámenme Georg Trakl. Estoy sentado en Baker Street. Mi cuerpo es una farmacia. Anís y caspa del diablo. Mis médulas resecas esparcidas en el regazo de Grete. La nada reluciente del deseo. La ambigüedad y la mugre. Salzburgo detrás de la ventana, sus calles, su tufosa respiración saltando como un batracio que se escondiera en todas las gargantas. La estantería con frascos: láudano, placebos y jarabes. En el tapiz abundan las manchas de mis dedos, manchas de madrugada tras madrugada tambaleando y cayendo, mirándome las uñas, masturbándome con dificultad sobre una vieja mantilla que mi hermana extravió cierta tarde de octubre. Un día de estos voy a largarme a Borneo. Ahora viene otra descarga.
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Llámenme Antonio Escohotado. Estoy sentado en Baker Street, son las dos de la adrugada y yo aún reviso documentos: un pasaje donde el Inca Garcilaso habla de las ofrendas de coca; un prospecto en que el Dr. Freíd recomienda el producto de Merck; un alegato contra el empleo clínico de morfi na, láudano y heroína; un informe químico sobre el French Wine of Coca, Ideal Tonic que J. S. Pemberton le vendió años más tarde a Grigs Candler con un nombre chispeante: Coca Cola. Y allá en la plazuela — casi logro espiarlos a través de los visillos— dos chavales se dejan dar por el culo a cambio de una papelina. Estoy sentado en Baker Street mirando pasar sobre la nieve las ruedas sucias de la historia.
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Llámenme Yo. Estoy sentado en Baker Street. Gasto mi dinero en el true west que sube y baja mis pulmones. Todo oxígeno es un círculo nasal: el cesto lleno de Kleenex, los kleenex llenos de sangre, los kleenex llenos de mí. Enciendo la computadora. Juego olitario hasta entumecer mi mano izquierda. Luego intento escribir. Luego miro el reloj: ya pasaron veinte minutos. Voy al baño, me siento a horcajadas en la taza, vacío sobre el espejo un poquito de polvo, luego un poquito más. Lo huelo, lo muelo con mi tarjeta de cheque automático Serfín, hago dos rayas largas y bien gruesas. Aspiro. Esto es todos los días. Va casi un tercio de onza, llevo no sé cuántas horas sin dormir; no sé cómo parar. Van a correrme del trabajo. Llámenme como quieran: perico, vicioso, enfermo, hijitoqueteestapasando yaparalecarnal vivomuertopaqué, llámenme escoria y llámenme dios, llámenme por mi nombre y por el nombre de mis dolores de cabeza, de mis lecturas hasta que amanece y yo desesperado. Soy el que busca una piedrita debajo del buró, encima del lavabo, en el espejo, en mi camisa, y amanece otra vez y sin dinero, y la sonrisa helada del vecino a través de la persiana, y a poco crees que no se han dado cuenta. Estoy sentado en Baker Street mirando pasar sobre la nieve las ruedas sucias de mi vida.
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Llámenme Ismael: estoy senta do en Baker Street, junto a la chimenea, tratando de cazar con mis palabras a un animal blanco y enorme. Mide casi una legua, su cola es pura espuma, sus ojos tienen la pesadez y el brillo de la sal más brava. Es un animal que se asusta y enfurece, que mata ciegamente, que cuando no te mata parte tu vida en dos. Pero es también una bestia lúcida y hermosa, y respira música, y en el momento en que su cola te azota y arroja tu cuerpo por el aire no piensas ni en el dolor ni en la sangre que gotea: piensas solamente en la velocidad —que es como no pensar, o sentir el pensar, o estar sentado en medio de la purísima nieve mirando pasar las ruedas sucias.
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Llámenme Ismael. Estoy aquí para contarles una historia.

mardi, septembre 11, 2007

Recomencación... Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento (de George Steiner)



Título: Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento

Autor: George Steiner

Trad.: María Condor

Editorial: Fondo de Cultura Económica / Siruela

Extracto:

"El pensar nos hace presentes a nosotros mismos." "Ninguna proximidad, ya sea biológica (los gemelos idénticos o siameses representan tal vez un caso límite), emocional, sexual, ideológica, ya sea la de toda una vida de coexistencia doméstica o profesional compartida, nos permitira decifrar más allá de la incertidumbre los pensamientos del otro. La búsqueda de similitudes y comunidaciones telepáticas es un intento, casi con toda seguridad inútil, de vencer esta inhibición, a menudo enloquecedora o trágica. Como también lo es el recurso a las rogas de la verdad en diversas modalidades obscenas de interrogatorio. Estrechamos al niño tan querido en nuestro rergazo, nuestro mejor amigo estrecha nuestra mano. Sin embargo, no tenemos ninguna prueba incontrolable en cuanto a los pensamientos que se generan y registran interiormente en el momento relevante. Así, con frecuencia, en la unicón erótica la corriente de pensamiento, de lo intensamente imaginado, palpita en otra parte. Hacemos el amor interior a otra persona. Debajo de la sonrisa de adoración del niño, del amigo íntimo, puede estar la verdad del aburrimiento, la indiferencia o incluso la repulsión. La capacidad de mentir, de concebir y representar ficciones es inherente a nuestra humanidad. Las artes, la conducta social, el lenguaje mismo serían imposibles sin ella. Como en la astuta alegoría de Jonathan Swift, la completa veracidad, la completa transparencia del pensamiento pertenece al reino animal. Hombres y mujeres de un disfraz recurrente. Pero la máscara se lleva debajo de la piel." (27-30 pp)

Britney Spears Live at The V.M.A's 2007 - Gimme More

¿Qué nos pasa, Britney? Nunca pensé que nuestras barrigas serían del mismo tamaño.

Todos invitados... Lectura de Obra de la Generación 2007-2008, del Centro de Escritores de Nuevo León


lundi, septembre 03, 2007

Todos invitados... Gran Venta Nocturna de Publicaciones Independientes


Centro Cultural La Pirámide
Calle 24 y Cerrada Pirámide s/n
Col. San Pedro de los Pinos
México D.F.
Tel. 33 30 06 69
LUNES 3 DE SEPTIEMBRE / 19 a 24 horas

dimanche, septembre 02, 2007

Próximamente... Caracol: II Encuentro de Poesía. Tijuana. Septiembre 2007




Recomencación... La Ceremonia del Porno (de Andrés Barba y Javier Montes)


Título: La ceremonia del porno (2007)*

Autores: Andrés Barba (1975) y Javier Montes (1976)

Editorial: Anagrama (Colección Argumentos)

Reconocimiento: XXXV Premio Anagrama de Ensayo

Extracto:

"Es imposible no sentirse profundamente perturbado, en lo más hondo de uno mismo, al ver porno. No es cierto, claro, que todo el porno resulte para todos igualmente perturbador y misterioso; pero sí que para todo el mundo hay al menos cierto porno profundamente conmovedor. Puede aburrirnos soberanamente el porno hetero o las gang bangs homosexuales, puede dejarnos frío el aparataje leather, el porno amateur, los tríos o el fist fucking, la coprafagia o la zoofilia, los disfraces de personajes Disney o los uniformes de colegialas. Pero sería estúpido -e involuntariamente velador- apresurarse a concluir que de la indiferencia personal ante una -o varias, o todas menos una- modalidad del porno se deduce la indiferencia ante el conjunto, y que el porno nos es indiferente. Más aún, que nos aburre (la frase de buen tono por excelencia, la que mejor pone a salvo: hasta no hace mucho particularmente extendida en tertulias de sobremesa progres, aunque parece que ya va constatando más dejarla caer sin que chirríe demasiado). El porno -el porno adecuado a cada uno- nunca es aburrido; como mucho puede admitirse que su grado máximo de interés se atenúa en el momento inmediatamente posterior a la excitación y el orgasmo que por todos los medios intenta provocar. En ese sentido, Susan Sontag veía un producto eminentemente camp -es decir, antipornográfico- en <>. Quizá tuviese algo de razón: para ser comprendido en toda su intensidad el porno exige -y, servicial, se encarga de proporcionar- un compromiso (en el que entra la excitación) por parte del espectador. Sehablará más adelante de los rasgos complejos que definen ese compromiso, pero que por ahora la cuestión es que para todo el mundo existe una pornografía que no puede verse sin lujuria -esto es, sin una profundísima implicación emocional y física, sin la aceptación de un compromiso que permite la experiencia pornográfica y le da su carácter de ceremonia." (pp 14-15)

* Próximamente una reseña sobre este multiensayo.


Foto tomada de elpaís.com: Javier Montes (izquierda) y Andrés Barba (derecha)

samedi, septembre 01, 2007

Los Tubos Cultural: A la Emötoma intelectual, matarile lire-lire fïlica



Los Tubos Cultural, SEPTIEMBRE 01, 2007



Yo no quiero que pienses tanto, cumbiera intelectual

Yo voy a rezarle a tu santo, para que seas más normal

Para que te puedas soltar...

Kevin Johansen & The Nada


Mi vocablo lo divido en prosa jugosa

Pa ponerte las axilas grasosas

Llegó la araña que el idioma daña

La Real Academia yo se la dejo a España

Así que mala mía sí es que me pongo perverso

Pero es que tu me tienes escupiendo versos

Residente Calle 13


La emoción que alcanza es el nombre y en el nombre el riesgo y en el riesgo el encuentro, dice Minerva Margarita Villarreal en el prólogo de Emötoma (Premio Regional de Poesía Carmen Alardín 2006), de Minerva Reynosa (Monterrey, 1979). Dicho encuentro que Villarreal afirma se refiere a una epifanía lingüística surcada en el territorio del querer decir poético de una falta que se vuelve entrega. Nombrar un libro Emötoma es un riesgo de forma y fondo que va más allá si uno jala la pistola. Madre, jale la pistola, ordena Reynosa en este poemario que autodestruyó a la autora en el tiempo en que se conjuga el verbo renacer. Así como en la Internet los emoticones, en la poesía hoy Emötoma filtra gramos de una poesía heredera de una cosecha lectura muy por encima de la media generacional.

Los métodos del amor son los mismos de la escritura. Escribir es congregar todo lo escrito, lo leído, lo amado y, sin embargo, es renovarlo, reorganizarlo, releerlo, reescribirlo. “En el lenguaje sensual todos los espíritus conversan entre ellos ―afirma Roland Barthes―; no tienen necesidad de ningún otro lenguaje puesto que es el lenguaje de la naturaleza.” Lo que sucede en Emötoma es que se escribe el amor, cuestión muy diferente a la del lenguaje sensual que es el de la escritura. Ese que se atreve a escribir, a querer decir el amor afronta el enredo del lenguaje (punto casi infantil donde se dice demasiado y a la vez el demasiado es casi nada). Esta problemática amatoria (del significado y el significante) sumerge a la voz en códigos emotivos que pueden hacerla triunfar o doblegarla. En palabras de Reynosa:

Para leer el artículo completo hacer clic aquí.

Bitácora de Minerva Reynosa

Minerva Reynosa, Emötoma, Poesía, Fondo Regional para la Cultura y las Artes del Noreste, 2007, 53 pp.