La duda de la estancia es la que convence, esa pausa seguida de un respiro, el mapa del globo ocular, ceder a la entrada de la carne, la brújula de latidos, la promesa del mareo al bajar y subir en el sudor, la inmensidad del movimiento, los minutos tan breves vaciándose en sí mismos, el arribo tan alto como un silencio en las venas.
Para M, always mine.